! LA BATALLA POR RESUCITAR EL TEATRO VENEZOLANO !
PAutor: equipodigital | | © 456Dos personajes recorren una ciudad arrasada, que ha perdido la escala y se ha vuelto miniatura. No tiene centro ni periferia. No queda gente, “porque a veces hay que irse”. Queda un cuadro derretido y la columna de un mercado, no hay avenidas principales. A los carteles le faltan letras. Los dos personajes deben ponerse un nombre para existir en La ciudad rota, un texto de la dramaturga española María Prado, cuyos ecos venezolanos resuenan en un pequeño teatro en Caracas adaptados por la joven directora caraqueña Aguasanta Rojas.
El montaje es uno de los más destacados en la sexta edición del Festival de Jovenes Directores del teatro trasnocho , que se realiza en Caracas de enero a marzo. Una iniciativa que se ha convertido en cantera para el teatro venezolano que resiste en una escena que cada vez más reducida y golpeada por una profunda y larga crisis economica . El teatro sigue bullendo en salas experimentales y espacios no convencionales impulsados por los propios artistas y por entes privados. Una generación rota se sigue regenerando en este arte, con varios trabajos a la vez para poder pagar las cuentas y prestándose actores, vestuarios y escenografías para ahorrar presupuesto de producción.
“Caracas es mi ciudad rota y creo que todos somos ciudades que vamos cambiando y necesitamos reconstruirnos todo el tiempo”, dice Rojas, de 25 años, que se abre camino en la dirección teatral con esta obra en la que guía los pasos de los también jóvenes actores Jeslin Valbuena y José Alejandro España. “Es impresionante cómo un texto de una persona que no conozco y tiene otra realidad pueda encajar tan bien. He hablado por Skype con la autora, que vive en Madrid, y el tema de la migración y la soledad lo entendemos muy bien. Es un texto que me conmueve mucho. Es un reto porque viene sin acotaciones, no especifica ni edades ni acciones ni lugares, es solo un diálogo, un juego con la palabra y el idioma para crear algo”.
Es la primera vez que La ciudad rota se monta en algún teatro. Ocurre también con Escindida, un texto del venezolano Elio Palencia -radicado en España- que dirige Francisco Aguana, de 28 años. Esta obra da una mirada fronteriza sobre el período especial cubano a partir de un drama familiar en el que se cruzan el racionamiento de alimentos o de electricidad, una historia que hace orilla con la Venezuela de hoy.
Los miedos de Aguana sobre ser el último, el que deba apagar la luz, tienen asidero. Tras una riada de cierres durante los últimos años, en la capital quedan alrededor de unas 40 salas. Este mes se despedirá el llamado Teatro de 1/4 o microteatro, uno de los espacios donde jóvenes dramaturgos como Aguana tenían cabida. Las funciones se realizaban en un centro comercial de Caracas, con una frenética programación de martes a domingo, con 30 obras simultáneas de 15 minutos, de todos los géneros y calidades, que por seis años sirvió para el fogueo del talento.
Fuente : culturaelpais.com