¿Es más seguro vapear que fumar? Cinco datos sobre el vapeo
PAutor: equipodigital | | © 328A lo largo de las décadas, debido a la preocupación por la salud pública, la industria del tabaco ha intentado encontrar formas de hacer que el consumo de cigarrillos sea menos peligroso. Algunos de los cambios, como el agregado de filtros y la comercialización de cigarrillos “suaves”, fueron una ilusión de reducir el daño. Fueron éxitos de comercialización que en realidad no redujeron el daño a los consumidores. Hoy en día, los cigarrillos electrónicos y el vapeo han ganado reputación como una forma más segura de consumir nicotina y, posiblemente, como una forma de dejar los cigarrillos combustibles. La nicotina es el ingrediente activo del tabaco, es responsable de sus efectos placenteros y es una de las sustancias más adictivas conocidas.
En esta editorial, analizo los daños relativos del vapeo en comparación con el tabaquismo y las pruebas sobre la eficacia de los cigarrillos electrónicos para dejar de fumar.
1. El vapeo de cigarrillos electrónicos es menos nocivo que fumar cigarrillos.
Pocas cosas son tan peligrosas como fumar un cigarrillo combustible tradicional. Los cigarrillos causan la muerte en dos de cada tres usuarios a largo plazo. Si se comparan con los cigarrillos, es probable que los cigarrillos electrónicos sean menos peligrosos por unidad, pero eso no significa que el vapeo sea completamente seguro o saludable.
Cuando las personas inhalan el humo de un cigarrillo, llevan nicotina y otras sustancias químicas a sus pulmones, donde esas sustancias químicas entran en el torrente sanguíneo y luego viajan rápidamente al cerebro. El vapeo sigue la misma ruta, salvo que en lugar de quemar hojas de tabaco para liberar la nicotina, los cigarrillos electrónicos de plástico usan baterías para calentar el líquido que contiene la nicotina y convertirlo en un aerosol. El aerosol inhalado transporta la nicotina y algunas otras sustancias químicas a los pulmones, al torrente sanguíneo, y luego pasan rápidamente al cerebro. El suministro rápido de altos niveles de nicotina al cerebro es lo que crea la adicción. Dependiendo del dispositivo, las personas pueden volverse tan adictas al vapeo como al tabaquismo.
Tanto el vapear como el fumar pueden aportar muchas sustancias además de la nicotina, incluidas partículas ultrafinas, metales pesados, compuestos orgánicos volátiles y otras sustancias químicas cancerígenas. Sin embargo, los niveles de estos tóxicos suelen ser mucho más bajos con el vapeo que con el tabaquismo. Por este motivo, si una persona es un fumador crónico y empedernido, el cambio completo al vapeo debería resultar menos perjudicial. Sin embargo, el uso doble (tabaquismo más vapeo) no proporciona ningún beneficio para la salud y es bastante frecuente. La adopción del vapeo por parte de los jóvenes que de otro modo no fumarían cigarrillos es un grave problema de salud pública porque más adolescentes en los Estados Unidos están exponiendo su cerebro a la nicotina que en años anteriores.
2. Los sabores de los cigarrillos electrónicos enganchan a los niños y pueden dañar las células de los pulmones.
Más de 8 de cada 10 adolescentes de EE. UU. que declaran consumir cigarrillos electrónicos afirman utilizar un cigarrillo electrónico sin sabor a tabaco. Se utilizan productos químicos para crear los sabores (p. ej., mango, menta, sabores de caramelo) que contribuyen a la popularidad de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) informan que entre los adolescentes que vapearon nicotina el mes pasado, el 83 % usó un producto sin sabor a tabaco. Se ha demostrado que varios de los productos químicos utilizados para crear ciertos sabores como el pulegone (menta) y el diacetil (sabor cremoso) dañan las células de los pulmones. Aunque estos productos químicos tienen la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA) para usarse en otros productos de consumo, pueden tener efectos nocivos cuando se calientan y se inhalan repetidamente en los pulmones. El vapeo puede causar daños permanentes en las vías respiratorias pequeñas de los pulmones y afectar las funciones inmunitarias de los pulmones.
3. Se desconocen los efectos a largo plazo del vapeo.
Si bien los efectos documentados del vapeo de nicotina incluyen tos crónica, bronquitis, exacerbación del asma y neumonía, los cigarrillos electrónicos no tienen la antigüedad suficiente como para que los investigadores determinen los riesgos a largo plazo asociados con su uso. También hay mucha variabilidad en los productos, lo que complica los estudios. La variabilidad y la falta de conocimiento sobre la seguridad del producto se debe a la forma en que los cigarrillos electrónicos entraron en el mercado estadounidense y, hasta la fecha, no se han regulado en gran medida. Un tribunal determinó que los cigarrillos electrónicos son productos de tabaco y decidió que podían permanecer en el mercado abierto siempre y cuando las empresas no hicieran declaraciones terapéuticas. Es decir, las empresas de cigarrillos electrónicos no podían afirmar que ayudaran a las personas a dejar de fumar. Las empresas fueron creativas y, en su lugar, comercializaron sus productos como dispositivos “de cambio” o utilizaron nombres con una raíz latina como “Fin” para sus productos. Con la falta de regulación, se desarrollaron y vendieron miles de líneas de productos diferentes, que varían enormemente en la potencia de la batería, los sabores, los niveles de nicotina y otros componentes. El fallo del tribunal también afectó a la investigación. En EE. UU., los investigadores no pueden estudiar los cigarrillos electrónicos en ensayos controlados aleatorizados para ver si realmente ayudan a las personas a dejar de fumar.
El mejor ensayo para dejar de fumar hasta la fecha procede del Reino Unido. Los adultos que fumaban recibieron asesoramiento para dejar de fumar y fueron designados al azar para recibir cigarrillos electrónicos o medicamentos sustitutivos de la nicotina (como la goma de mascar o el parche de nicotina). Los designados al azar para recibir cigarrillos electrónicos tenían significativamente más probabilidades de dejar de fumar (18 %) que los que recibieron medicamentos sustitutivos de la nicotina (10 %). Sin embargo, entre los que dejaron de fumar usando cigarrillos electrónicos, el 80 % seguía usando cigarrillos electrónicos un año más tarde, mientras que solo el 9 % de los que dejaron de fumar usando productos sustitutivos de la nicotina seguía usándolos. Una de las preocupaciones es que los cigarrillos electrónicos pueden continuar con la adicción a la nicotina, aunque con un producto que debería ser menos dañino que el tabaco, si el cambio es completo (no si se usan ambos).
Los dispositivos de cigarrillos electrónicos también se pueden usar para vapear otras sustancias, incluido el cannabis y otros fármacos, y se sabe incluso menos sobre esos efectos sobre la salud. Algunos líquidos para vapeo de cannabis contienen acetato de vitamina E, que se relacionó con enfermedades pulmonares que dieron lugar a una serie de hospitalizaciones y muertes a finales de 2019, lo que provocó declaraciones de los Centros para el Control de Enfermedades.
La falta de regulación, la falta de divulgaciones sobre el producto y la facilidad para alterar los cigarrillos electrónicos significa que la gente puede no saber lo que contienen. Del mismo modo, pasaron décadas antes de que la industria del tabaco se viera obligada a revelar los ingredientes de sus cigarrillos letales. Esta falta de divulgaciones dificulta la evaluación de riesgos por parte del consumidor medio, y especialmente de los jóvenes, pero incluso de los investigadores.
4. La nicotina es más peligrosa para los jóvenes.
La nicotina, tanto si se fuma como si se vaporiza, presenta un peligro para el cerebro en desarrollo. La exposición a la nicotina en la adolescencia puede alterar el cerebro, que sigue desarrollándose hasta la mitad de la década de los 20 años.
Las empresas de cigarrillos electrónicos también han continuado la larga tradición de la industria del tabaco de concentrar sus esfuerzos de marketing en los adolescentes y jóvenes. Las empresas de cigarrillos electrónicos han impulsado un aumento del número de adolescentes expuestos a la nicotina, ya que publicitan fuertemente en la televisión y en los puntos de venta minorista, pagan a influentes de las redes sociales y crean sabores para niños en productos con alto contenido de nicotina.
5. Dejar la nicotina puede ser difícil, pero vale la pena.
La mejor manera de evitar la adicción a la nicotina es nunca empezar a fumar, vapear o usar otros productos de tabaco y nicotina en primer lugar, especialmente durante la infancia y la adolescencia cuando el cerebro aún se está desarrollando. Es importante que los padres hablen con sus hijos sobre el tabaquismo y el vapeo. Haga preguntas abiertas como: ¿Qué sabes sobre el vapeo? ¿Con qué frecuencia ves vapear a otros niños? ¿Qué imágenes ves en las redes sociales? Sea realista sobre los riesgos. El vapeo de nicotina es menos nocivo que fumar cigarrillos, pero no significa que el vapeo sea inofensivo o fácil de dejar una vez iniciado. La curiosidad, el deseo de experimentar y el hecho de querer pertenecer al grupo de compañeros pueden convertirse rápidamente en una adicción para toda la vida, con consecuencias peligrosas y costosas.
Para quienes buscan dejar de fumar o vapear, o para las personas que quieren apoyar los esfuerzos de un ser querido, hay una serie de excelentes recursos. Llame al 1-800-QUIT-NOW para pedir consejo para dejar de fumar, referencias a programas locales y, en algunas zonas, medicamentos gratis para dejar de fumar.
Con informacion de msdmanuals